Estudio Bíblico: Como Confrontarnos con nuestra Propia Conciencia..


En su excelente estudio sobre la reforma protestante del siglo 16 titulado: "Lutero y el nacimiento del Protestantismo", publicado por alianza Editorial, en 1971, el doctor James Atkinson afirma que Martín Lutero sostenía que el único efecto que tendría la posición de Erasmo de Rótterdam de querer restablecer la unidad de la Iglesia Católica romana, exigiendo la desaparición de los abuso y el sometimiento a la autoridad en las constantes discusiones teológicas, sería el fortalecimiento de los papistas y a continuación el doctor Atkinson agrega que Lutero formulaba una pregunta directa: ¿Qué debe hacer un hombre que descubre que las doctrinas papistas (o sea que, del catolicismo romano), son contrarias a las escrituras" (capítulo 24, página 345). De acuerdo a la Santa Biblia desde el momento del nacimiento de la vida humana, Dios crea un alma inmortal en el hombre, el cuál sobrevive a la muerte física y al término de su existencia terrenal sólo tiene ante sí dos destinos: la salvación eterna o la condenación eterna, y toda persona que inicia su recorrido en este mundo en la niñez, salta luego a la adolescencia que se caracteriza por la llegada del discernimiento, vale decir, por la capacidad de diferenciar el bien y el mal, lo bueno y lo malo de la realidad, y esa facultad está radicada en su conciencia, la cuál nos permite aprobar la bondad de nuestras acciones o censurar las maldades que cometemos.

Por su parte, en el caso de la religión que a predominado abrumadoramente en Latinoamérica, como es la iglesia católica, apostólica y romana, es importantísimo que cada practicante del catolicismo romano tenga una lectura y un enfrentamiento a la vez, con la fuente de toda verdad para obtener la eterna salvación de su alma, como es la Santa Biblia y por esto, es importante que lea el nuevo testamento y llegue a Timoteo 2:5 que dice:

" Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre"

Para descubrir que el único intercesor o mediador entre Dios y las personas que viven en éste mundo, es el Señor Jesucristo, y María y los Santos, incluso los ángeles, no pueden salvar a un ser humano que les pide auxilio espiritual o material.
También es importante que lea el Antiguo Testamento o al menos el libro de Éxodo y llegue al capítulo 20 donde están los 10 mandamientos que Dios le dio a Moisés en el monte Sinaí, versículo 4 que señala:

" No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que este arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra "

Y el versículo 5 que agrega:

" No te inclinarás a ellas, ni las honrarás...."


Es decir, la prohibición categórica del Señor de venerar o adorar imágenes y otros dioses concretos o abstractos que hallan en el corazón del hombre no convertido a Cristo y que tiene su equivalente en el Nuevo Testamento en el término griego "eidolatria", que significa "IDOLATRÍA" y en el griego también "eidolon", en castellano "ÍDOLO", que significa en el idioma mencionado, por una parte "UNA IMAGEN PARA REPRESENTAR A UN DIOS FALSO" y por otra "EL DIOS FALSO ADORADO EN UNA IMAGEN" como dice, por ejemplo, Corintios 10:14:

" Por tanto, amados míos, huid de la idolatría"

Versículo en el cuál el término "huid" se encuentra en modo imperativo (manera de decir algo, generalmente, como una orden o mandato) significando esto que apartarse de la veneración de estatuas y de intercesores humano para obtener la salvación del alma es un mandamiento absoluto de Dios y el que lo desobedece va camino a la condenación eterna. Así mismo, es importante que lea el libro de Isaías y se encuentre con Isaías 64:6, el cuál declara:

" Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento "
Comprobaremos que las acciones meritorias o "buenas obras" realizadas, inclusive en el concepto Católico Romano de ir en peregrinación a un santuario, recitar padrenuestros o ave marías, asistir a una misa el día domingo o participar de una festividad obligatoria de la religión católica, pasar las cuentas del rosario, etc., y que supuestamente sirven para obtener futuras recompensas e incluso la vida eterna son equivalente a un paño hediondo e indeseable que se encuentra en la cocina de una casa.

De igual modo, es importante leer el Nuevo Testamento para enterarse que no existe un lugar para ir a purificarse o purgar la pena temporal por los pecados terrenales cometidos y borrar la mancha de los pecados veniales hechos en esta vida, llamado purgatorio y que sólo hay dos destinos para el alma humana: el cielo y el infierno, como por ejemplo cuando el Señor Jesucristo afirmó en Mateo 7:13

" Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición ( la condenación eterna), y muchos son los que entran por ella "

" Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hayan ".

A su vez, y conectando con el punto doctrinal anterior, es importante que lean el Antiguo Testamento y llegue a Levítico 19:31

" No practique el espiritismo ni consulten a los adivinos, pues se harían impuros por esto. Yo soy Yavé" (La Biblia Latinoamericana. Edición Pastoral. Versión Católico romana) para comprobar que la práctica de invocar, de comunicarse, de rezar u orarle a los difuntos esta absolutamente censurada  censurada por Dios y en el tiempo de "La Ley" o Antiguo Testamento era sancionada por el Señor con la pena de muerte:
" Y el hombre o la mujer que invocare espíritus de muerto o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos"

Prohibición que por su parte, tiene su equivalencia en el Nuevo Testamento en la historia del rico y Lázaro que el señor Jesucristo narró en Lucas 16:19-31 y en donde el rico que había ido a dar después de su fallecimiento a la región de los muertos perdidos antes de la ascensión  de Cristo al reino de los cielos  llamados Hades o Seol y sufriendo en este lugar exclamó:

" Entonces él, dando voces dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama"

Y si éste ya había recibido una sentencia condenatoria en la morada de los muertos  ¿Para qué rezar u orar por una persona ya fallecida que llegada al infierno no podrá escaparse nunca más del castigo eterno?

Y así se podrían enumerar o comentar muchas doctrinas más que no guardan armonía, conformidad o concordancia con la Santa Biblia y es necesario insistir que resulta fundamental, vital y esencial que cada individuo que pertenece a la iglesia católica, apostólica y romana lea las Sagradas escrituras no para tratar de ganarle a Protestante o evangélico en una disputa teológica como algunos entusiastas han tratado de hacerlo, sino para que un integrante de la mencionada religión quede enfrentado a esa voz interior que le dice lo correcto y lo incorrecto, lo justo y lo injusto, lo verdadero o lo falso de sus creencias o acciones.

Negarse a cumplir el mandamiento del Señor Jesucristo de leer y estudiar la Santa Biblia establecido en Juan 5:39

" Escudriñad las escrituras porque a vosotros os parece que tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí "
Por pereza, por tener la fe del carbonero (creencia ciega en lo que le dice otro sobre la salvación del alma) o por fanatismo religioso, o incluso "leer la palabra de Dios" y no creer lo que en ella esta escrito equivale a fabricarse el camino a la condenación eterna, pero no se condenará por practicar o seguir una religión  en base a doctrina de hombres, sino por no arrepentirse de los pecados  cometidos y por no querer convertirse a Cristo como le dijo el Apóstol Pedro a los judíos en Hechos de los Apóstoles 3:19

" Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio "


Mauricio Nieto Hernández
Profesor de Castellano y Licenciado
en lengua y literatura hispánica de
la Universidad Católica de Valparaíso

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